Testimonio de una paciente que recibió un mensaje solidario.

Actualmente recuperada de COVID-19

Uno se pregunta que tanto interactúa recibir una carta de alguien que no conoces, en especial en medio de una vivencia fuerte y definitiva que marco tu vida.

Depende si reconoces que esa carta te dará ánimo, paz a tu corazón, justamente lo que me transmitió al momento de recibirla en el hotel-hospital pues no era esperada.

En esos momentos Dios me había escogido para vivir Covid 19, virus del cual no se contagió mi familia como ninguna otra persona con la cual tuve contacto.

Me costó compartir mi vivencia al recibir esa carta porque padecía de ese virus letal-contagioso que al ser mencionado se asocia con muerte y que humanamente no puedes combatir ya que en esos momentos solo hay oscuridad-temor-incertidumbre por lo que sucederá.  Porque se combate con Dios.

Dudar de lo Divino, sentir mi fragilidad física-espiritual, desanimada, abandonada, triste, sola en un hotel-hospital y donde mis únicos acompañantes era la habitación con un hermoso cielo y el mar que observaba por medio de una ventana que también permitía ver parte de la bahía.

Todo eso me hizo llorar una mañana porque estaba triste, añoraba ver a mi familia y pedí a Dios una señal de su infinito amor.

Al día siguiente, teniendo 20 días de aislamiento, después de desayunar vi debajo de la puerta de la habitación una hoja que al levantar fui sorprendida porque era una carta escrita con mucha solidaridad, fraternidad y amor al prójimo.

Esa hermosa carta me invito a valorarme nuevamente con mi situación y me identifique con ella porque era como si me conociera.

Esa encantadora carta me hizo reír-llorar-animarme-refrescar la esperanza, ver lo bonito de la vida en medio de un momento difícil; en especial por tomarse el tiempo preciado que debía dedicar a su familia para hacerse solidaria conmigo y que para hacerlo tuvo que escribirla casi a media noche después de un día difícil en casa donde lo que más se ansia es descansar para renovar fuerzas.

Nunca podre dejar de agradecerle ese preciado y valioso gesto de espontaneidad de alguien que no me conocía, que no tendría la certeza que tanto bien hizo esa carta, y que fue un bálsamo de amor-esperanza al prójimo.

Gestos sencillos como escribir esa carta es un detalle invaluable para plasmar palabras que sorprenden, gratifican, entusiasman, sensibilizan nuestro corazón.

Dios toco el corazón de una persona que creyó lo que su corazón le decía: compartir alimento para el alma por medio de una carta dirigida a paciente que padecía Covid 19.

Siempre estará en mis oraciones porque fue un ángel enviado por Dios para ayudarnos a seguir luchando contra ese virus y en mi caso puedo aseverar que fue muy bueno, formo parte de mi recuperación.

Tanta fue mi alegría que compartí esa hermosa carta con mi familia, amigos, compañeros de trabajo y pedía que ellos la compartieran para nutrir a otros pacientes como también las familias de los pacientes.

COVID 19 me regalo también muchos momentos felices, oportunidades y esa carta es uno de ellos.

Comparto con ustedes para que al escuchar la palabra COVID 19 la asocien no solamente con muerte; sino también como explica una canta autora de Fe, COVID es

C  Creer

O  Obedecer

V  Velar

 I   Insistir

D   Dar gracias a Dios

No puedo dejar de agradecer por estas alentadoras palabras que plasmaste en esa especial carta que me regalaste, que me animó a no desmayar en un momento crítico de mi vida, tanto que al terminar de leerla más de una vez llame a planta baja del hotel-hospital para conversar telefónicamente con la autora de esa genial acción y dar las gracias por compartirla.

Espero continúen con esa sencilla labor para que otros pacientes y no solamente de Covid 19 puedan recibir regalos de parte de Dios que la movió a escribir motivadoras palabras.

Dios es bueno todo el tiempo y todo el tiempo Dios es bueno.

Dios les bendiga

Paciente anónima y recuperada de COVID 19